Amenudo me pregunto cómo habría sido mi vida si nos hubiéramos quedado en Barcelona. Vivíamos nosotros en el centro mismo, en la calle que entonces se llamaba Lauria y ahora es Roger de Llúria. Mi abuela en Bruch esquina Diputación. Mi cole estaba en la calle Caspe, y muchas tardes bajábamos a merendar a Plaza Urquinaona, donde en tiempos hubo unos columpios y un cine, que por lo visto ahora es un teatro. Pocas manzanas separaban mi casa de la Jefatura de Policía de Vía Laietana donde mis recuerdos quieren colocar la adquisición de mi primer DNI una mañana de madrugón y colas, aunque seguro que no fue allí.

Con el cierre de mi colegio cambié de barrio y subía cada mañana a San Gervasio, la zona alta de la ciudad, en un bus que renqueaba Balmes arriba. Era el colegio un edificio propio de la Marina de Ruiz Zafón o de la cripta embrujada de Mendoza. El caso es que, ya gótico ya paródico, tenía unos jardines preciosos y estaba rodeado de palacetes y habitado por gente muy pija.

La memoria vuelve apenadísima cuando veo quemar mi barrio señorial y laborioso que albergaba el hotel Ritz donde, adolescentes, una tarde loca acudimos a chillar histéricas delante del balcón del doctor Gannon, el más modesto hotel Habana, el colmado del señor Marcelino donde mi madre hacía los pedidos o la perfumería Solsona. Hoy unos cuantos, tampoco tantos si se actuara antes de que empezaran, incendian fotos o contenedores y asesinan la concordia de noche, para que por la mañana, sus paisanos decentes limpien y revivan la paz. Ya me he hartado de ver cómo maltratan la ciudad porque es suya cuatro gatos impunes a los que desde las instituciones se anima y jalea para que paralicen, rompan, quemen la capital a la que dicen querer. Se han destapado ya las entrañas de odio. Por eso se tapan las caras.

Dicen los expertos que son guerrilla urbana muy bien dirigida, pagada y coordinada. Algunos creen que desde Waterloo y otros que desde más cerca. Dominados por el puro fascismo, mueven el árbol mientras otros recogen las nueces. La misma asquerosa historia de siempre.

*Profesora.