XExn estos días que va a vivir el PP de Extremadura, de manera más directa sus dirigentes y militancia e indirectamente sus votantes y la propia sociedad extremeña, me gustaría que se abriera un debate de ideas, de propuestas, una tribuna abierta, que permitiera a todos conocer qué queremos y ofrecemos como partido, como legítimos aspirantes a gobernar la región y reflexionar también autocráticamente, por qué no lo hemos hecho nunca en nuestra tierra, por qué se nos quiere en los grandes ayuntamientos y no en la Asamblea y la Junta o las diputaciones.

El centro político no es teoría, es práctica, es por ejemplo lo que hago ahora: expresar mi opinión, mantenerme en la independencia dentro del PP, del que soy militante y asumo las responsabilidades de mis cargos y cargas. El centro es autocrítico de manera permanente, es respetuoso ante la mayoría, es reflexivo, capaz de cambiar por los cambios sociales a los que sirve, es en definitiva una actitud de permanente revisión para mejorar.

Creo que es el momento adecuado, precisamente en los días precongresuales, de presentación de candidaturas, de negociaciones internas. Cuando existe a través de los medios una gran expectativa y una tensión política en la militancia que ha de ser positiva, que no defraude a la sociedad que nos sigue y contempla con lupa. Y añadiré que, hasta ahora lamentablemente, el espectáculo no es precisamente el más edificante. Es decir, la falta del más elemental estilo, de debates de ideas y modelos sociales, de propuestas útiles, discreción, responsabilidad y hasta formas.

El PP extremeño debe identificarse con el centro social, el que tuvo hace apenas unos años a nivel nacional, cuando la sociedad vio en nosotros un referente de eficiencia en la gestión pública, de honestidad en el comportamiento y en la acción política. Debemos ser capaces de trasladar desde dentro del PP y a través de sus máximos dirigentes, la importancia del individuo como ciudadano, su protagonismo en la sociedad; y, eso mismo, debe valer para la militancia del PP que ha de ser considerada la protagonista y no la referencia en votos ante un congreso. Debemos facilitar la vida al ciudadano, eso pretendemos desde los ayuntamientos, eso es lo que ofrecemos como partido, pues bien así ha de ser con la militancia.

Si queremos una sociedad abierta, donde primen valores como el mérito y la capacidad, en igualdad de condiciones, hemos de trasladar regladamente esos principios al partido (sé que para esta ocasión ya no es posible) y si cabe de la forma más generosa posible. Solo así, garantizaremos que del congreso regional salga el mejor resultado posible, al servicio de la sociedad extremeña, de su militancia y no a mayor gloria de quien resulte ganador.

Tal como se vienen planteando las cosas, por lo visto y oído en estos últimos días, se deduce fácilmente que, en cualquier caso, se irá a una victoria pírrica, donde el cainismo político habrá campado por las filas populares, dando el peor de los espectáculos posibles y dejándonos tocados a futuro, una vez más. Con lo cual se podría pensar que efectivamente, hay quienes están interesados en que las cosas no cambien, si a quienes no se cambia en las altas responsabilidades del partido y la cosa pública es precisamente a ellos. Así, solo la máxima apertura y transparencia, pueden ser los garantes de un resultado democrático y no de aparato. Sé muy bien de qué hablo y por tanto creo que es hora de que el PP se dé a sí mismo esa oportunidad, pienso que será muy bien recibido por la militancia y por la sociedad extremeña. Por otra parte, es lo que desde la oposición siempre hemos exigido al partido en el gobierno. En esta ocasión, prediquemos con el ejemplo y demos trigo.

*Concejal del Ayuntamiento de Cáceres, diputado provincial y miembro del Comité de Dirección del PP extremeño