La Consejería de Sanidad ha dado un importante paso para recuperar la memoria histórica extremeña comprometiendo una importante partida económica para realizar pruebas de ADN a los restos humanos que van apareciendo en la fosas comunes de la represión franquista. De esta manera el Ejecutivo autónomo se desliga de la pasividad del Gobierno a la hora de atender la demanda de miles de ciudadanos para desenterrar a las víctimas de la guerra civil y se une a la iniciativa de otras autonomías para rescuperar del olvido a quienes fueron asesinados por defender unos ideales distintos a los del dictador.

Aunque es tarea difícil rescatar de las fosas comunes a los miles de extremeños fusilados, sí al menos se intenta que aquéllos puedan ser identificados, empleando técnicas modernas, tras la reconstrucción de los restos hallados en las decenas de enterramientos repartidos por la geografía regional.

Del pasado se debe aprender principalmente de los errores, pero es de justicia no olvidar la historia y sepultar dignamente a muchos de los progenitores de la generación actual. Para ello es necesario que los ayuntamientos también se impliquen en el proyecto y colaboren en la recuperación de nuestra memoria histórica.