TCtórcholis, siguen siendo los mismos pero, a la vez, cuánto han cambiado, cuánto han crecido". Todos ellos han tomado importantes decisiones estos años, han hecho multitud de cosas y han ido evolucionando de una manera que ha supuesto arriesgar, tener valor y crecer. Esto me decía yo Leffe en mano (hacía tiempo que no bebía esa cerveza) mientras charlábamos y nos mirábamos como escrutando huellas del pasado y descubriendo marcas del presente. Somos los mismos pero somos otros. Nosotros los de entonces ya no somos los mismos, que diría Neruda. Y una palabra, una sonrisa bastan para darnos la mano de nuevo. Y nos la dimos.

Los veranos siempre tienen maravillosos días de encuentro con quienes apenas ves, o no ves en absoluto, a lo largo del año. Pero este verano ha habido excepcionales reencuentros, de esos que tienen lugar tras un decenio sin noticias de vos, después de cinco años y un par de mensajes de año nuevo o a la vuelta de tres inviernos de aquel café rápido en tu ciudad que estoy de paso.

Y besos y abrazos e historias del pasado que se mezclan con narraciones del ahora y deseos y sueños de futuro.

Y el mar al lado. Las rocas de Aguadú que separan Melilla y Marruecos y que te ofrecen agua cristalina. El arenoso azul calmo de los atardeceres de Levante. La lluvia y las revueltas olas del Cantábrico que golpean ferozmente los cristales.

Y al fondo Lille, Caimito, Nador. Cual escenarios que cuidamos para que no se rompan, para que mantengan intacto lo que fuimos y parte de lo que somos, como capas que se superponen.

Hay también reencuentros telefónicos. El camerunés errante que llama después de un lustro para contarte que a pesar de la crisis él mantiene su trabajo y está feliz. El que escapó del Gurugú y de la mejanía y saltó la valla nueve años ha.

Tal vez el estío despierte la morriña, la melancolía o vaya usted a saber qué; lo cierto es que a ratos nos apetece acercarnos a aquellos con quienes nos sentimos especialmente arropados.

Y sabes que sí, que alguno de ellos, como hacen otros, quizás atraque en Cáceres en alguna ocasión. Los hay que no lo harán, lo intuyes, pero tal vez dentro de un tiempo volváis a coincidir y a poneros al día, en una de esas madrugadas que parecen no tener fin.