ALuis del Olmo y a sus tertulianos de Onda Cero, el giro de ETA aceptando someter el plan soberanista de Ibarretxe a referendo les pilló en Suiza, a donde se habían desplazado el fin de semana. Lo primero, claro, fue glosar Suiza, y Juan Morano, parlamentario del PP, ensalzó, impresionado en su primer viaje a la Confederación Helvética, el "pactismo, federal y cantonal", de los suizos: "Lo debaten y lo votan todo en referendos; en España, que es una democracia consolidada, el referendo sólo se utiliza de manera singular; en Suiza el poder democrático no se puede ostentar sin contar permanentemente con la sociedad".

Al rato, Del Olmo pidió opinión sobre ETA. José María Calleja hizo de ponente: "Esto es un triunfo de la democracia española, porque ETA (merced a la tenaz presión policial) está en fase terminal, debilitada; es como un boxeador sonado que tiene que pedir ayuda al PNV". Aunque no dejó de tomar cautelas --"Pero mucho cuidado, que en el año 98 (en la anterior tregua) ya nos engañaron"--, ni de arremeter contra el PNV --"El discurso de ETA ya lo ha asumido el PNV"--, ni de preguntarse dónde debería hacerse el referendo: "¿En el País Vasco, en Navarra y el sur de Francia?" Cristina Alberdi agregó: "Tendría que intervenir el Parlamento español si ETA coloca el plan Ibarretxe como fundamento de la solución del conflicto". Y Morano se retrató: "El Parlamento jamás aceptará el referendo", proclamó tras dudar de que el "PNV sea un partido democrático", si "tiene conversaciones con una banda terrorista para saltarse la Constitución".