TEtl móvil y, ahora, la playa, el viaje, el fútbol y Europa. Aquél, omnipresente. La segunda, sueño para muchos. El tercero, señuelo para tantos. El cuarto, fenómeno absorbente. Y el último, ese ente distante, más ya con la base de un texto constitucional. Suena el móvil , sin pudor, en casa, en el trabajo, en la peluquería, en el autobús, en la calle, en misa... Sin pedir permiso a nadie, irrumpe, muchas veces, inoportuno e impertinente. La playa, ilusión para la joven que espera que el sol derrame, pródigo, sus cálidos dardos, capaces de convertir la blanca piel del invierno en la de una bella afrodita de ébano. Arena dorada que hará olvidar los malos humores del jefe, el tedio de la oficina, las horas prosaicas de tantos días sin aliciente. Pero el viaje ha de ser al extranjero, porque ya podemos ir más allá del Pirineo, y allende el Atlántico, donde visitar ciudades fascinantes y atractivas. Y el fútbol será la borrachera popular, que nos atosiga y seduce, atormenta y apasiona, mientras vemos, con los ojos abiertos ante el televisor, las jugadas de nuestros gladiadores en calzonas, que, ¡ya!, han caído ante las huestes lusitanas. Por fin, esa lejana Europa, que desea fabricar en sus viejos telares un baluarte que sirva de contrapeso al formidable Imperio de EEUU.

*Escritor