Un chico acaba su escolaridad obligatoria este curso. Lee libros desde bien pequeño y diarios cada día desde los 10 años. Escribe a gran velocidad con el teclado, utiliza los programas más habituales (y algunos no tanto) de ordenador y es capaz de buscar y encontrar todo tipo de información por internet. Está bien socializado, tiene inquietudes políticas, está informado sobre la actualidad y tiene conocimientos de la historia más reciente. No sabe organizarse y no es buen estudiante. Con 16 años acabará los estudios con el mismo título que un analfabeto: ninguno. No podrá ir a Formación Profesional (FP), y no está claro dónde puede comenzar a buscar trabajo. Se ha pasado la primaria "progresando adecuadamente" y la secundaria dentro de aquel grupo numeroso de los que "si él quisiera, pero como no quiere...". Mirando atrás, los que acababan EGB, con 14 años tenían la opción de ir a FP. Haciendo memoria, la mayoría de mis compañeros han salido adelante bastante bien. Mirando atrás, ahora querría la EGB para mi hijo.

Silvia García Guerrero **

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