WEwntra en vigor la principal reforma del Código Penal promovida por el Partido Popular cuando disponía de mayoría absoluta en el Congreso. Entre las 166 modificaciones que introduce, hechas sin el respaldo del PSOE e IU, figura el endurecimiento de las penas de cárcel para pequeños delitos, al mismo tiempo, por cierto, que se aflojan las riendas con el delito fiscal, cuyo umbral se eleva. Fueron presentadas como idóneas para combatir la inseguridad ciudadana, algo que está por demostrar, y es seguro que contribuirán a incrementar la saturación de las cárceles.

El Código Penal incorpora ahora, también, avances adaptados a nuevas sensibilidades sociales, como las penas de prisión por el maltrato de animales o por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Pero ni estas medidas son suficientes ni están planteadas con precisión: no concretan el nivel de alcoholemia que puede comportar prisión o no aclaran de verdad si copiar música para uso personal está permitido o no. En cualquier caso, urge ya empezar a debatir temas aplazados hasta la próxima reforma, prevista por el Gobierno del PSOE para el 2006. Por ejemplo, la ampliación de los derechos al aborto y a la eutanasia.