TUtna nueva oportunidad para el progreso y desarrollo económico se abre para Extremadura. La creación de una nueva Eurorregión (EUROACE) hispano-lusa conformada por las regiones portuguesas del Alentejo y Centro y la española de Extremadura, viene a consolidar una amplia experiencia de cooperación transfronteriza y de acercamiento entre estos territorios y sus gentes. Por tanto, los cimientos sobre los que se sustenta este edificio, de nueva construcción, son lo suficiente sólidos como para que la estructura se venga abajo, y para que nadie pueda atisbar improvisación, precipitación o falta de planificación. Es sin duda una estrategia del gobierno socialista de Fernández Vara , que consolida los pasos dados en anteriores periplos, y que aprovecha el excepcional momento de las relaciones hispano-lusas y las alianzas adecuadas para comenzar esta nueva fórmula de cooperación, consolidada y contrastada en la Unión Europea. Entramos por tanto en una nueva etapa de acercamiento, de esfuerzo común, de entendimiento y de avance conjunto.

Los tópicos la unión hace la fuerza o quien la sigue la consigue volverán a cobrar sentido en esta iniciativa, que se presume potencialmente interesante y trascendental para muchos de los sectores estratégicos extremeños y portugueses: agricultura, medio ambiente, nuevas tecnologías e innovación, desarrollo económico, cultura, turismo y desarrollo rural. Pero además, hemos de tener en cuenta que Portugal y España, son geográfica e históricamente los lazos de Europa con Iberoamérica, la salida del continente por el Atlántico, y por tanto la puerta hacia nuevas oportunidades de cooperación eurolatinoamericanas que cobran sentido en este mundo globalizado en el que nos movemos, y se perfilan como retos de futuro a considerar. De ahí que proyectos como el tren de alta velocidad (AVE) que pretende unir ambas capitales, española y portuguesa, tenga una dimensión --la europea-- mucho mayor que la que pretenden otorgarle algunos líderes políticos.