WLw a crisis está distorsionando el comercio. La caída del consumo, que con la destrucción de empleo, constituyen los síntomas de la misma enfermedad: el parón de la actividad económica, está haciendo que entre los comerciantes se establezca un ´sálvese quien pueda´ y compitan por ofrecer productos de precio lo más ajustado posible. Surgen así las promociones, las ofertas...las rebajas encubiertas en cualquier época. Ante ello, la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) ha lanzado la idea de que se debería cambiar la legislación que regula los periodos de rebajas y liberalizarlos, es decir, que cada comerciante hiciera la política de precios que mejor conviniera a sus intereses, sin estar sujetos a los periodos de descenso general, en enero y en julio.

No es un asunto sencillo. Ya se pudo ver a primeros de este año, cuando las asociaciones de comerciantes reaccionaron airadamente al adelanto de las rebajas, que pasaron de empezar después de Reyes a hacerlo el 2 de enero. Los comerciantes, sin embargo, apenas siguieron a las asociaciones. Por otra parte, lo que plantea la UCE es llevar a la legalidad lo que es la realidad: si en toda época del año los comerciantes se las ingenian para hacer promociones que atraigan clientes, eso es rebajar los productos, por tanto parece lógico pensar que esta situación confusa debería ser más segura desde el punto de vista de la legislación para que estuvieran claras las reglas del juego.

Lo que está dañando al comercio no son las rebajas, sino la crisis. Son los propios comerciantes los que, en la práctica y movidos por la necesidad, han hecho saltar por los aires la regulación existente sobre los periodos de descuento.