El Monasterio de Guadalupe se va a someter durante la próxima década a una profunda rehabilitación. El plan director, que el pasado miércoles presentó el consejero de Cultura, Francisco Muñoz, constituye un amplio programa de rehabilitación en 16 actuaciones que afecta tanto a elementos singularísimos del monasterio, como el retablo del altar mayor de la basílica --será una de las primeras actuaciones que se acometan--, el claustro mudéjar, el Museo de Bordados y Casullas o la sacristía, como a otros elementos, más modestos pero importantes para restañar las consecuencias del paso del tiempo. Así, se intervendrá también en cubiertas, fachadas, el cimborrio de la basílica..., y hasta en la acometida del agua y de la electricidad. En resumen: un completo remozamiento del monumento religioso más emblemático de la región, cuyo coste supera los seis millones de euros al que van a contribuir las administraciones autonómica y central.

No es la primera vez que el monasterio se somete a actuaciones profundas de rehabilitación, ni que contribuye a ellas la Administración autonómica, pero es significativa la disposición de las instituciones que representan a la sociedad extremeña para allegar fondos con el fin de que el enclave que es la casa de la Patrona de Extremadura --cuyo centenario se conmemora precisamente en el 2008--, se mantenga en condiciones a la altura de los tesoros que guarda. Y todo ello mientras sigue pendiente el proceso en Roma sobre la adscripción de Guadalupe a la provincia eclesiástica extremeña.