El acto central para celebrar las bodas de plata de los ayuntamientos democráticos en la provincia cacereña se tornó ayer en un acto eminentemente reivindicativo con las palabras del presidente de la Diputación, Juan Andrés Tovar , quien pidió más recursos para los gobiernos locales y, de esta manera, poder hacer frente a las mejoras que necesitan los ciudadanos. Las corporaciones locales han sufrido en los últimos años un ajuste económico que no ha sido compensado de ninguna forma, por lo que desde la diputación se pidió una profunda reforma de la financiación local, tan necesaria como urgente. Fue la nota más destacada de una celebración que quiso rendir homenaje a cuantos han participado de forma directa o indirecta en los gobiernos municipales.

Y en atención a una vieja reivindicación, el ayuntamiento cacereño se propone reformar su plan especial de urbanismo, que afecta a más de dos mil viviendas del casco viejo. El cambio pretende, además de perserverar en la conservación del patrimonio, en no dejar morir a una parte tan importante de la ciudad que corre el riesgo de convertirse en una ciudad-museo. La reforma pondrá al día el plan y tapará lagunas.