LA CRISIS DEL COVID-19

Remar todos juntos

Lena González

Ahora que ya hemos descubierto en qué penosas condiciones está nuestro sistema público (sanidad, educación, servicios sociales...), que hemos visto que el hambre no nos queda tan lejos y que hay demasiados seres humanos (entre ellos, niños) que malviven en condiciones precarias, incluso algunos peor que animales... llegó la hora de descubrir cómo (después de que el Gobierno central, tras tantas exigencias, haya delegado en las distintas administraciones autonómicas la gestión de esta crisis) afrontan nuestros representantes más cercanos todo esto. Siento ser pesimista, pero con tantas miserias a la vista de todos y la gran mayoría mirando hacia otro lado, con tan poca colaboración entre administraciones, tan poca capacidad de diálogo y entendimiento... sin remar todos en la misma dirección es imposible salir de esto. ¿Algún día como sociedad despertaremos de este letargo, de este atontamiento en el que estamos todos sometidos y exigiremos por fin a nuestros representantes que gestionen como es debido nuestros impuestos?

MINA DE VALDEFLORES

Patrimonio amenazado

Manuel Santiago Beltrán

Cáceres

Felicito la claridad del artículo publicado por este diario sobre la petición de información de la Unesco en relación al megaproyecto que amenaza a Cáceres. Sí, amenaza la salud de las personas y la maltrecha economía cacereña. ¿Y si Cáceres volviera a estar en la lista de ciudades con patrimonio amenazado? Ya lo estuvo por las obras de Miralrío y ¡menudo susto! Entonces quedó claro que la Unesco no sólo protege la ciudad monumental y sus monumentos, sino su entorno e incluso el contexto socioeconómico, sus vistas y paisajes, y el medioambiente cacereño.

Para quien no lo crea, debería informarse sobre la Unesco, sus criterios y su funcionamiento. La UICN es el organismo que asesora a la Unesco sobre el Patrimonio Mundial, en el ámbito de la naturaleza. (www.uicn.org).

El patrimonio cultural (asesorado por Icomos) y el natural son considerados por la Unesco como una identidad unitaria, incluyendo a la población local y sus necesidades para una vida digna (la salud lo es). Si las informaciones sobre la amenaza megaminera ha provocado en la Unesco la petición de información al gobierno es, precisamente, por esta concepción unitaria del Patrimonio Mundial que tiene la Unesco.

No caben aquí visiones simplistas «provincianas»: «ni que la mina estuviera en la Plaza Mayor». ¿Queremos ser ciudad patrimonio para siempre o una ciudad minera veinte años? Eso es lo que está en juego.

Queremos un desarrollo respetuoso, sostenible. También una industria respetuosa con Cáceres, con su esencia, con su patrimonio, con su entorno.

La sierra de la Mosca atesora valores naturales y aprovechamientos tradicionales sostenibles. El ganadero, con proyectos artesanos de quesería y de transformación de lana. Agrícolas con olivares de manzanillo y su transformación en aceite de calidad que ya consumen también en Alemania. Huerta agroecológica de referencia regional. El alcornocal y su aprovechamiento corchero sostenible, eterno. El uso social, recreativo, deportivo, micológico, ornitológico, turismo de naturaleza respetuoso. Todos estos negocios suman decenas de puestos de trabajo: Pocos -dirán algunos-. Sí, pero para toda la vida y con posibilidad de crecer. Estas actividades actuales son incompatibles con ese megaproyecto que ofrece trabajo para 15-20 años ¿y luego qué?, un agujero.

¿Ese modelo de desarrollo queremos? No podemos asumir que a cambio de puestos de trabajo puedan contaminarnos, pagar sueldos precarios, invadir espacios públicos, permitir ruidos, abusos, restringir la salud... Pan de hoy y hambre de mañana, eso nos ofrecen y eso aplauden algunos.

No vale todo a cambio del ansiado trabajo. Queremos trabajo, claro, pero trabajo de calidad y que no comprometa el futuro de Cáceres. ¿Qué modelo de ciudad queremos? Construyamos una ciudad amable, ejemplo y Patrimonio de la Humanidad, viva, tranquila, rodeada de un entorno sano, donde prosperen negocios duraderos e industrias sostenibles que den trabajo digno. Tampoco pedimos tanto.