Profesor

A qué juega Renfe con Extremadura? ¿Qué busca con fastidiar uno de los trenes más importantes de que disponíamos para poder llegar a Cataluña y de paso a Madrid? Década a década, tristemente asumimos que el ferrocarril, en otro tiempo símbolo de progreso, vaya desapareciendo poco a poco de nuestra comunidad convirtiéndose prácticamente en un un artículo de lujo .

He visto desaparecer estaciones y apeaderos convertidos (y no reaprovechados posteriormente) en meaderos campestres , refugio de ratas o montón de descombros. Además de un defensor y un nostálgico del tren, soy un usuario cabreao que dejó antaño de poder ir a Salamanca y al norte por ferrocarril o a Huelva, (lo que hay actualmente es una aventura casi suicida) y que harto de automóvil, gustaba llegar sin prisas a Barcelona desde Mérida, Badajoz o Cáceres.

Una vez más los talentos impregnados de mala uva de Madrid, nos vuelven a fastidiar con el Talgo de que disponíamos para llegar a Barcelona, obligándonos en breves días a cambiar de tren en la capital madrileña, ¿se imaginan el cuadro?: ¡A ver los de Extremadura bajen ya!, ¡atraviesen con cuidado!, ¡ah, no olviden las maletas y suban en este otro tren que está aquí al lado!. El negocio es redondo: fastidiados y atracados.

Reclamemos a quien corresponda y luchemos porque no nos expolien lo poco que va quedando de nuestro ferrocarril, un medio de comunicación comercial, social y con unas posibilidades turísticas sorprendentes y si no que se lo digan a Asturias, Cataluña o el País Vasco.

¡País de acoso sistemático al progreso autonómico!