WEw l Comité Regional del partido socialista aprobó ayer por aclamación --los integrantes de este órgano rehusaron votar, por innecesario, cuando se puso la urna para que lo hicieran-- al sucesor de Rodríguez Ibarra en la candidatura a la Presidencia de la Junta. Guillermo Fernández Vara recibió el espaldarazo sin fisuras de sus correligionarios y, con ello y a falta únicamente de otro ´trámite´ más --el de la aprobación en octubre de su candidatura por la Ejecutiva Federal, ayer representada por el secretario de Organización, José Blanco--, se le empezó a encomendar oficialmente la tarea de ganar las próximas elecciones. Ya es el candidato. Ya tiene sobre sus hombros la responsabilidad de revalidar la séptima victoria socialista de la autonomía extremeña. El PSOE asegura que las encuestas le son propicias. Aunque así sea, la sustitución de un candidato del peso político de Ibarra supone un factor de incertidumbre que perseguirá a Vara hasta la misma noche de las elecciones. Porque los extremeños no van a elegir el 27 de mayo del 2007 entre continuidad o renovación, sino entre renovación y recambio: una vez que se va a retirar el hombre que ha marcado la política extremeña del último cuarto de siglo, y que lo ha hecho con un fuerte componente personalista, la renovación está asegurada porque su ausencia ya es todo un programa electoral aunque la política que haga Fernández Vara, caso de ganar, sea continuista, como ayer se comprometió a hacer. Su candidatura la desarrollará con "conocimiento, experiencia y pasión", dijo. Los va a necesitar para hacer llegar al votante su oferta electoral y su figura.