WEw l último Consejo de Gobierno de la Junta aprobó una reestructuración del Servicio Público de Empleo (Sexpe) que pretende hacer de él una herramienta más eficaz en lo que debe ser su fin primero: encontrar trabajo para los que no lo tienen. El cambio en la filosofía del Sexpe era una de las demandas más insistentes de los agentes sociales, que han considerado este servicio como un organismo alejado de la realidad de los parados extremeños.

La decisión tomada por la Junta es, por ello, oportuna. Está por ver cuál será su alcance real, pero la orientación que se le pretende dar va en la dirección adecuada, por cuanto, de un lado, el Sexpe aglutina todas las políticas de empleo hasta ahora dispersas, de manera que será el interlocutor de la Administración tanto para el que busca un trabajo como para el que pretende constituir una cooperativa o hacer cursos de formación; y de otro, va a tener una estructura descentralizada en ocho zonas, al modo en que está el Servicio Extremeño de Salud, para tener una relación más cercana con ayuntamientos y empresas de cada una. Abrir una ventanilla --como prueba piloto, en Navalmoral de la Mata-- para que un desempleado demande del Sexpe un tratamiento personalizado de su caso es la medida estrella de esta filosofía. El Sexpe, si mantiene a raya el peligro de la mayor burocratización, tiene la oportunidad de mejorar, por lo que tendrá a partir de ahora más responsabilidad en hacer frente a la lacra del desempleo.