TPtor fin Simón Péres lo ha conseguido! Tras más de 60 años dedicado a la política (tiene 84), -60 años en los que nunca ganó una elección decisiva, circunstancia que no le impidió ser ministro en varias ocasiones- por fin, como decía, ha llegado a la cumbre. De rebote, casi por descarte, pero ya es el nuevo presidente del Estado de Israel. Lo ha conseguido tras la renuncia de Moshe Karshav obligado a dimitir tras un escándalo sexual que ha dado con sus huesos en los tribunales. Simón Péres, fue la eterna promesa del laborismo israelí. Su mentor, el mítico David Ben Gurión, vio en él cualidades de liderazgo que luego sus paisanos no acabaron de refrendar. Tiene una voz metálica impresionante, porte y cabeza senatorial, pero en un país en el que la guerra forma parte de lo cotidiano, su talante dado a la componenda, los pactos y las grandes palabras le hacían aparecer como una figura débil. Una paloma rodeada de halcones.

Pese a su apellido, Simón Péres no es de origen sefardí. Es askhenazi, como lo eran buena parte de los fundadores del moderno Israel, caso del citado Ben Gurión o Golda Meir, cuya amistad le ayudó a dar los primeros pasos en el movimiento laborista. Péres es hombre pragmático; tanto como para en los últimos años haber dejado el Partido Laborista para formar parte del Gobierno del general Ariel Sharon. A Péres -según sus paisanos- le pierden dos cosas: los discursos grandilocuentes y salir en la televisión. En la toma de posesión no ha defraudado. Ha pronunciado un discurso de más de una hora -retransmitido por la televisión- y ha dicho que Israel no puede perder el tren de la paz; ha hablado del "valle de la paz", un proyecto de convivencias entre israelíes y palestinos que parece el guión para una película sobre un milagro. Ayer fue su gran día, el hombre a quien siempre acompañó la etiqueta de ´perdedor´ le ha dado la vuelta a su fama. Con su tenacidad, ha demostrado que quien resiste, gana.