TSteñor presidente de la Junta:

Quería comentarle en mi carta de hoy la tristeza que siento por la falta de respeto que observo hacia la Presidencia de la Comunidad, que usted ostenta, por la oposición política a su gobierno. En usted, don Juan Carlos, encuentran acomodo tres condiciones: secretario regional del PSOE, presidente de la Junta y además, presidente de la comunidad, y en esta condición, usted encarna una de las instituciones extremeñas recogidas en nuestro Estatuto de Autonomía. Yo puedo entender que un ciudadano normal no interprete bien estas cuestiones y vea en usted al indiscutible líder de los socialistas extremeños, al valiente ése que no tiene pelos en la lengua o al Rodríguez Ibarra que le canta las cuarenta al mismísimo lucero del alba. Lo que no entiendo, me cabrea y me alarma, don Juan Carlos, es que políticos liberados y con carrera, no sepan respetar a la institución presidente de la comunidad, tratándole, cuando usted nos representa en esa dignidad, como si fuera un chisgarabís. ¿Cuándo van a madurar algunos políticos, aceptando la responsabilidad que tienen ante los ciudadanos y demostrándonos su respecto a las instituciones? De verdad, don Juan Carlos, siento envidia de otras regiones en las que estas cosas están claras y donde percibimos una madurez en los representantes públicos, que está a años luz de la alcanzada por aquí.

En su comportamiento, las cosas están mucho más claras. Por ejemplo: cuando le dijo a usted al Consejo de Ministros que se metieran el indulto de Vera por el final de la espalda, estaba claro que hablaba el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra a unos periodistas; al llamar a la ministra Alvarez para decirle, hasta aquí hemos llegado, acudiendo a su despacho madrileño con representantes sociales de la región, era usted el presidente de la Junta que exigía información directa y clara del AVE; y cuando pide usted un trato preferente para Extremadura al Gobierno de Madrid, o acompaña al Rey en sus visitas a Extremadura, usted encarna la Presidencia de la Comunidad. Si le soy sincero, estimado presidente, estoy tan seguro que los portavoces de la oposición van a leer esta carta como del maldito caso que me harán. En la esperanza de sensibilizar a alguna persona más cuerda que pueda acabar con esas frecuentes faltas de respeto y desconsideración al presidente de Extremadura, Le saluda, con mi respeto, atentamente.

*Periodista