Quiero agradecer al catedrático Díaz Barrado su artículo Tentaciones y retos ante la educación del día 27 de octubre. Señor Barrado, su opinión ha sido un bálsamo para mi profesión, que es la de trabajar con adolescentes.

Efectivamente, con independencia del color político, ante el estropicio que viven nuestras aulas, pensemos que algún día (ojalá no muy lejano) conozcamos ese acuerdo nacional sobre Educación. Pues usted sabe que los auténticos valores de la educación se sitúan en el ámbito puramente humano. Ajenos a las dos concepciones educativas que, aparentemente contrapuestas, se entremezclan por lo general, en nuestros centros escolares.

¿Quién dijo que la educación no es neutral? Un niño o adolescente educado e instruido no desentona en una familia de izquierdas ni en una de derechas , ni en ninguna cultura, por muy distinta que sea de la suya. Y este es el valor de la educación.

¿O es que estamos convirtiendo (o hemos convertido) nuestros centros escolares en lugares de adoctrinamiento, según la ideología de turno? Ambas concepciones educativas: la sagrada función docente y la tecnológica-racional-científica ocultan, cada una a su manera, la arbitrariedad que supone la objetivación de su juicio parcial y subjetivo. Ninguna de esas concepciones advierte que lo verdaderamente revolucionario no es negar la objetivación que pretende hacer de sus subjetividades, sino tomar conciencia de ello. Pues al ocultarla o negarla se cierra la posibilidad de que exista algún día un acuerdo nacional sobre Educación.

Gracias también por traer a colación a la Institución Libre de Enseñanza. Quiero pensar que sigue en activo en cada profesor que ejerce su profesión sin adherencias políticas de partido, que no por ello sin personalidad.NATIVIDAD SANCHEZ ISIDRO. Coria