Preocupado le trae a Alfonso Ussía el "lío que tienen los socialistas con el concepto de España". Y expone casos en Cataluña, en Mallorca, en "las Vascongadas", en Valencia, en Galicia y en Madrid. Una muestra referida a la capital de España: la calificación que el dirigente y miembro de la Ejecutiva Jesús Caldera hizo del homenaje a la bandera de España de "provocador e inoportuno", le hace expulsar toda la bilis en el diario Abc. "La confusión de retroprogresismo se extiende en las filas socialistas --dice--. No interpretan lo que es España como la mayoría de los españoles. Creen todavía que el desafecto a los símbolos de todos y la distancia a la unidad de la nación española son signos de modernidad y avance. No se han movido en 30 años, y para algunos la bandera de España la inventó Franco para ganar la guerra civil".

Y concluye: "Para un sector del progresismo, ya sea de salón o de cafetería, España, su unidad y sus símbolos siguen siendo cosas de la Derecha (así, con mayúscula). Hay más gilipollas de los que a primer golpe de vista se detectan".

No menos preocupado se muestra José María Carrascal, en La Razón, quien no llega a decir, como Giscard d´Estaing, que el ingreso de Turquía sería el "fin de la UE", pero no hace un discurso precisamente solidario: "Estos nuevos miembros llegan lastrados por un estilo de vida que evita la responsabilidad individual, dejándolo todo en manos de una burocracia tan ineficaz como corrupta. Y ya dice el refrán que las malas costumbres tardan en olvidarse. Nadie está para fiestas". Por lo visto, unos más que otros.