El Gobierno, la patronal y los sindicatos cenaron juntos en un encuentro en la Moncloa convocado por el presidente Zapatero y al que también asistió el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. De este encuentro solo se obtuvo un "que aproveche" colectivo. El representante de los empresarios se llevó una decepción al comprobar que Comisiones Obreras y UGT estaban muy de acuerdo con el Gobierno por lo que respecta a no ceder ante las peticiones de facilitar los despidos y reducir las cuotas empresariales a la Seguridad Social. La patronal está mal vista desde la Moncloa, ya que los socialistas la acusan de no aceptar los razonamientos de Zapatero y Corbacho. Ante la opinión pública, la patronal replica quejándose de ser objeto de una estrategia premeditada y de quedar como la cabeza de turco, y propone ante los medios de comunicación volver a las negociaciones para intentar llegar a un acuerdo sin obstáculos. Mi opinión es que, actualmente, gobernar es muy complicado. Hay que tener en cuenta que Zapatero no tiene apoyos parlamentarios y que, además, el dinero del que dispone no procede de la banca privada, sino de la caja pública, que cada vez es más escasa. He recomendado por correo electrónico al presidente que obligue a la banca a hacer circular el dinero que los ciudadanos le prestamos para facilitar nuevas líneas de crédito a los trabajadores autónomos y a las pymes. Hay que confiar en que el Ejecutivo tenga comprobantes en los que conste la finalidad de esta inyección económica. Zapatero, Corbacho, la patronal y los sindicatos tendrán que hablar más claro que nunca para que la confianza vuelva a los inversores y la riqueza levante de nuevo a este país de cabreados.

L. Vinuesa Serrate **

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