Dramaturgo

Lo tienen difícil los Reyes (los Magos, claro). Lo tienen cada vez más difícil porque los niños ya no se portan mal (oficialmente) y lo del carbón pasó a la historia. Ahora los niños tienen desviaciones de conducta que no es lo mismo que portarse mal, aunque sus efectos (mala educación, peleas, desobediencia, falta de respeto, falta de civismo, egoísmo, etcétera) sean iguales, y los psicólogos descalifican a los Reyes si se les ocurre castigar con carbón esas desviaciones (un psicólogo becado por "toisarás" ha propuesto crear un "cuarto Rey Mago" de apoyo para los niños difíciles).

Lo tienen difícil los Reyes Magos, porque ya no son los padres, ahora los Reyes son los mismos niños que escriben las cartas como si fueran hojas de reclamaciones y pobrecito el padre o la madre que incumplen alguno de sus apartados. Los Reyes, a la vista del trato que reciben algunos padres, están a punto de desertar y dejarle la hegemonía a Papá Noel, que parece más tonto.

¿Cómo demonios escribirá la carta a los Reyes ese demonio que vi en verano en una playa, al que tras dejarle destrozar con rabia una mata de flores de la urbanización por no habérsele comprado un helado, los aterrorizados papás le decían: "Anda, nene, que la raqueta (sic) y nosotros te perdonamos"? Seguro que tras escribir la carta cogerá a sus padres por el pescuezo (y la raqueta por el mango) y los arrastrará hasta el notario de su pueblo para que dé fe de lo exige y exija, a su vez, que se cumplan sus ¿sueños infantiles? de noche de Reyes.

Me imagino a muchos padres sin dormir esa noche, no por la ilusión, sino por el pavor a haberse equivocado en algún regalo y que sus hijos les pidan cuentas al levantarse.