Richard B. Myers (Kansas City, Misuri, 1-3-1942), presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EEUU, ha dejado claro que lo de Irak no será un bombardeo a lo play station ni una excursión terrestre incruenta. "No podemos olvidar --ha dicho-- que la guerra es inherentemente violenta. Va a morir gente. Por mucho que tratemos de limitarlas, se producirán bajas civiles". El principal asesor del halcón ministro de Defensa, Rumsfeld, sabe muy bien de qué habla.

Myers --primer oficial del Aire que es superjefe de la cúpula militar estadounidense desde 1982-- tomó posesión del cargo tres semanas después del infausto 11-S. Aunque Bush le había nombrado por su especialidad en la guerra electrónica, cara al sistema de protección antimisiles, los acontecimientos le llevaron a moverse en un terreno bélico más convencional. No puede decirse que la campaña de Afganistán fuese para él un gran éxito, si es que el fin primordial era la captura de Bin Laden. Entonces dijo aquello de "las balas volarán", si sus soldados se veían obligados a defenderse. Volaron las balas, pero también voló el taimado integrista.

Cuando acabó la principal ofensiva en Afganistán, Myers insinuó que el siguiente objetivo "potencial" sería Somalia. Al cabo de un tiempo, pidió más presupuesto para defensa. El verdadero objetivo era y es Irak.