Para estrenarse -e ir así entrenándose- como el principal de la oposición, Pablo Casado necesitaba una iniciativa contra el Gobierno que justificara su elección como presidente del partido, no fuera a ser que los propios le acusaran de tibio, por ejemplo. (Ay, cuánto echaremos de menos a Rajoy.) Así que el recién estrenado presidente del PP, aprovechando que el Gobierno no para de dar iniciativas, ha denunciado el traslado de dos presos de ETA a la prisión de Basauri, en lo que se conoce como «acercamiento de presos», expresión que, dicho sea de paso, no se sabe bien por dónde cogerla (o yo, al menos). Obviamente, lo irrelevante para Casado eran los presos, o dónde cumplían condena, o la razón del traslado. Lo relevante para Casado era hacer oposición, o sea, mostrar bíceps políticos. Y lo ha hecho, sí, pero cómo.

Es saludable que la oposición tenga siempre iniciativas contra el Gobierno, que para eso es oposición. Así, en este caso, para denunciar «una contraprestación a una moción de censura vergonzante», según Casado, lo que significa que se trataría -la contraprestación- de una cesión del Gobierno al nacionalismo vasco por haber apoyado a Pedro Sánchez en la moción de censura. Es decir, el «acercamiento» de dos presos de ETA. ¿Y? No estaría de más recordar que en 1998, gobernando José María Aznar, hubo un «acercamiento» de más de cien presos, y sin necesidad de moción de censura. Pero esto es demagogia mía, o sea que olvídese. Con lo que no contaba Casado es con la oposición de las propias víctimas del terrorismo, que consideran el traslado de presos «absolutamente legal y ajustado a Derecho», según Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, concejal del PP asesinado por ETA en 1995.

Lo peor en política es hacer el ridículo, como dijo Churchill o quizá Mitterrand, da lo mismo. Y el joven Casado lo ha hecho. Basten las palabras de Ordóñez, suscritas por el resto de asociaciones de víctimas: «el PP es el primero que tenía pactados con el PNV los acercamientos de presos·. Y más: «si lo que quiere (Casado) es hacer política de oposición, que la haga». ¿Hay ridículo mayor? Por supuesto.

* Funcionario