TNtos acercamos al final del veredicto que el Congreso habrá de manifestar para el Estatuto catalán, y comienzan a surgir los pronósticos y el análisis de las posibles consecuencias que, desde el punto de vista político y económico, pueden acontecer en la última etapa del Gobierno actual, tanto si es favorable como lo contrario.

Sin duda, los resultados y consecuencias serán imprevisibles, pero lo que sí es cierto es que este debate pasará a la historia por la incomprendida posición del principal partido de la oposición, y sobre todo por la pérdida desmesurada de papeles de alguno de sus dirigentes, que a pesar de que ya fracasaron mintiendo públicamente a la ciudadanía en la última época Aznar , aún se atreven a presidir ruedas de prensa, a amedrentar a los ciudadanos y a difundir mensajes al más puro estilo franquista.

Este tipo de política está desfasada y no tiene credibilidad alguna en el escenario democrático y de diálogo en el que la mayoría de los partidos políticos se desenvuelven, independientemente de los argumentos que cada cual utilice y del mayor o menor respaldo electoral que tengan.

Creo que las formas son importantes en política, quizá más de lo que algunos políticos puedan imaginar, y en el cultivo de éstas deben trabajar alguno de los dirigentes a los que hago referencia.

En condiciones normales de los errores se aprende, sin embargo, hay personas que este principio no lo suelen aplicar, no sé si porque son demasiado tercas o porque existe alguna fuerza superior que les obliga, y bajo la cual actúan impulsadas de manera fanática.

*Técnico en Desarrollo Rural