La desgracia ocurrida en el Madrid Arena, donde durante la celebración de la fiesta del Halloween fallecieron cinco personas, ha puesto en alerta a todo el país. Debido a ello se suspendieron en fin de año algunas de esas citas multitudinarias. En unos casos porque el recinto ni siquiera tenía permisos para ser explotado como discoteca, y en otros porque se corría el riesgo de que el número de asistentes superara de lejos al permitido. Extremar la vigilancia y el cumplimiento de la normativa en estos casos debería ser lo habitual. Así se ha podido comprobar en algunas zonas con un despliegue muy amplio de efectivos policiales para controlar los recintos, las carreteras y a los conductores. Producto de ese esfuerzo, la Nochevieja del 2012 ha sido una de las que ha registrado menos incidentes en los últimos años. En buena medida, debido también a que han disminuido el número de verbenas y macrofiestas, lo que tampoco es una mala noticia si tenemos en cuenta que para la celebración de estos festejos se requieren aforos muy grandes.