Hasta que el Ministerio de Sanidad y Consumo no ha introducido en sus encuestas anuales sobre la salud de los españoles la recogida de otros datos que no estén vinculados directamente a sus hábitos diarios de alimentación y al ambiente donde trabajan, no ha sido posible detectar otras nuevas amenazas para el bienestar social. De entre estas nuevas aportaciones, que distinguen entre hombres y mujeres y por clases sociales, la que más llama la atención es el auge del riesgo de contraer enfermedades mentales, una amenaza que es sustantivamente mayor entre las mujeres españolas. La amplia encuesta del ministerio --38.600 consultados-- ha revelado un riesgo latente, el de padecer algún problema psíquico entre los 16 y los 75 años. Una amenaza que en las mujeres llega al 26,8% y en los hombres, al 15,6%, mientras el índice de riesgo entre los menores de 16 años alcanza el 22,1%. Todo un reto para los responsables de garantizar una buena salud a los españoles, que no son solo las administraciones: también depende del entorno familiar y laboral en el que viven las personas con riesgo de contraer este tipo de dolencias. El desafío es que estas enfermedades no se curan solo con pastillas; requieren un replanteamiento más profundo, incluida la revisión de los hábitos sociales.

Por otro lado, no por conocida deja de ser preocupante la mala salud física que amenaza a los españoles por sus costumbres alimentarias. Ya tenemos muchos más obesos que desnutridos. Y el fenómeno amenaza con convertirse en epidemia para toda la vida: la obesidad y sobrepeso antes de los 20 años afecta al 15% de los españoles, pero llega al 27% entre quienes tienen más de 45 años.