El diputado popular Hernández Carrón se ha enzarzado en un nuevo rifirrafe con una consejería de la Junta, en esta ocasión con la de Agricultura, la cual ha adquirido, no un coche de lujo, sino tres cuadros de un reconocido pintor extremeño y de temática agraria. El precio de las tres obras ha sido 35.000 euros. El PP, como cabía esperar de un partido de la oposición, clama al cielo y califica la compra de "despilfarro"; el consejero, que es un hombre políticamente avezado, contesta señalando que esa cantidad es insignificante en relación al presupuesto de la consejería.

Lo que se ventila aquí, sin embargo, no es la cantidad pagada por las obras, mucho menos la calidad del artista, sino la oportunidad, es decir, ¿es adecuado este desembolso, en tiempos de crisis como el que vivimos y después de que la Junta se haya comprometido a calibrar todo tipo de gastos? La respuesta es no, no es adecuado. La Administración hace bien en adquirir obras de arte de calidad porque termina siendo un patrimonio, pero hay que tener cuidado en qué momento se hace este tipo de gastos si quien lo autoriza no quiere que se le califique de derrochador. Que es lo que le ha pasado al consejero Juan María Vázquez. Cada vez que un político da muestras de que trata los fondos públicos por distinto rasero del que emplearía si fueran propios --y es difícil pensar que en una situación de crisis económica familiar, alguien gaste en decorar el salón de su casa si puede pasarse sin esa decoración-- está mandando a los ciudadanos el mensaje de que está siendo un mal administrador. Y eso, en los tiempos que corren, es más criticable.