Dicen los especialistas que vienen llevando a cabo el proyecto de Primeros Pobladores de Extremadura, que durante el Pleistoceno Medio, ya se constata la presencia de las primeras comunidades humanas, en el entorno de lo que ahora conocemos como Cueva de Maltravieso en Cáceres, hace más de 350.000 años. La razón por la que estos primeros cacereños se asentaron aquí, habría que buscarla en que aquí encontraron con facilidad cuanto necesitaban para vivir.

La abundante caza que existía en la zona y que se concentraba en el entorno de la ribera que ahora conocemos como del Marco, fue sin duda una poderosa razón, junto a la disponibilidad de agua en abundancia que al mismo tiempo propiciaría la pesca, y la existencia de una vegetación, seguramente exuberante, que brindaría sus generosos frutos y su madera. Si a ello añadimos la existencia de numerosos abrigos donde refugiarse y de los que aun han llegado a nosotros: las cuevas de Maltravieso, del Conejar, de Santa Ana y otros muchos que de forma natural ofrecería el Calerizo y que han podido ser abandonados, destruidos, o haber desaparecido con el paso del tiempo, tendríamos justificada la existencia de pruebas que justifican lo que afirmamos.

Traigo esta argumentación inicial, seguramente conocida por la mayor parte de quienes me leen, para reivindicar el protagonismo que debería tener, de una vez por todas, el río que debió ser origen de nuestra ciudad. Y digo río, ya que la Real Academia Española define como río a una corriente continua de agua, más o menos caudalosa, y eso realmente es lo que contiene la Ribera del Marco. Suelen decir amenudo quienes nos visitan, o los enfrascados en rencillas provincianas, que Cáceres es una ciudad sin río.

ESTA CLARO que esto es completamente falso, aunque hayamos sido los propios cacereños quienes desde hace bastante tiempo hemos pasado a vivir de espalda a la Ribera. Después de que durante siglos hayamos bebido sus aguas y las hayamos utilizado para regar nuestras huertas, lavar nuestras ropas y cocinar en nuestras casas. El nombre de Marco, con el que conocemos la Ribera, creo que no ha sido suficientemente explicado y justificado, quizás sea la existencia de uno de los miliarios romanos, que en Portugal se conocen como marcos, la razón de su nombre, esto defiende el geólogo Juan Gil que encontró uno tirado en sus orillas y que desapareció de ese lugar poco tiempo después de que lo anunciara. No deberíamos olvidar que el río discurre paralelo al Camino de la Plata en parte de su recorrido por nuestra ciudad.

Nunca hablamos de nuestro río, siempre utilizamos la denominación de Rivera o de Ribera del Marco, según nos estemos refiriendo al cauce por donde corre el agua o a las tierras cercanas que lindan con el río respectivamente. He tenido un sueño, I have a dream, sí, porque yo también puedo tener sueños. He soñado que estaba paseando por la orilla de un río que discurría libre, y que de trecho en trecho se ensanchaba en pequeñas láminas de agua que de forma escalonada dejaban caer sus aguas hasta la situada a un nivel inferior; era un espejo de color azul-turquesa, esto seguramente no lo soñé pero es el color que tienen las aguas con carbonatos, procedentes sin duda del cercano Calerizo, ese es el color del agua en las Lagunas de Ruidera, de similar origen kárstico. Sobre esas láminas se reflejaba la ciudad antigua. No me digan que no es un sueño ver dos ciudades antiguas a la vez mientras un olor a poleo y menta nos llega desde la vegetación cercana al agua.

En un cartel informativo colocado cerca de un precioso puente de piedra, se leía la historia de la Fuente del Concejo y de las mil y una especies de aves y plantas que existen en la zona y cuya presencia se adivinaba por su canto. En uno de los antiguos edificios cercanos al río, ofrecían comida ecológica basada en los productos de las huertas, que los propios clientes podían haber arrancado con sus manos al llegar al restaurante.

Hoy, ya despierto, me recreo en mi sueño, siento que no es una alucinación imposible sino un proyecto viable, y realizable si, de una vez por todas, nos implicamos y consideramos al Río del Marco como Ciudadano Mayor de Cáceres y hermano inseparable de su monumental ciudad. Pero quizás para esto debería tener otro sueño en el que los gobernantes demostrasen una profunda preocupación por el medio ambiente de nuestra ciudad, escuchasen a los ciudadanos y tratasen de hacer realidad sus sueños, pero esto ya entiendo que es mucho más difícil que se cumpla.