Siete meses después de dimitir como líder parlamentario laborista en la Cámara de los Comunes (con rango de ministro), Robin Finlayson Cook (Aberdeen, Escocia, 28-2-1946) publicará el día 20 su diario que recoge sus reflexiones acerca de la guerra de Irak, que, en definitiva, le llevó a dejar el Gobierno.

Ahora se ha conocido parte del libro en el que Tony Blair sale mal parado. "No tengo razones para dudar de que Tony creía, en septiembre del 2002, que Sadam poseía armas de destrucción masiva (...), pero quedó muy claro, en la conversación que mantuvimos en marzo de este año, que él mismo ya no lo creía". También cita la alusión de Blair a Sadam y Al Qaeda con una frase construida "de forma que en la mente de los televidentes quedara la impresión de que las tropas británicas iban a Irak a combatir las amenazas de Al Qaeda". En junio, Cook acusó al Gobierno de "utilizar los informes secretos para justificar una política ya decidida", cual era la intervención bélica.

Como ministro de Exteriores (1997-2001), Cook, que representa la izquierda tradicional del laborismo, demostró no casarse con nadie. Su europeísmo práctico chocó con el antieuropeísmo militante del ministro de Finanzas, Gordon Brown (hoy en la cresta de la ola). Cook fue destituido. Ahora pretende ganar la batalla de la guerra de Irak.