En Mérida hay quien se afana en hacer rotondas por todas partes, pero todavía está por ver la necesidad e idoneidad de muchas de ellas. La justificación para su construcción es siempre la misma: dar fluidez al tráfico, pero es evidente que la rotonda no es una solución válida para todos los cruces, por lo que al final lo que realmente se está haciendo es sustituir los semáforos por rotondas, pero sin un análisis de su incidencia global sobre el tráfico.

La avenida Reina Sofía o avenida de las Rotondas cuenta con dos terminadas, una conocida como de las tres fuentes y otra junto a la urbanización El Disco. La primera no funciona como se esperaba porque es ovalada y demasiado larga, por lo que los carriles, más que espacios momentáneos de distribución del trafico y reductores de velocidad, se convierten en carriles de circulación en los que los coches aceleran, lo que genera peligro entre los vehículos que salen y los que se disponen a entrar. La segunda rotonda tiene un diámetro excesivo en relación al ancho de la avenida, provocando frenazos bruscos y giros de volante a derecha e izquierda que tienen demasiado recorrido, cuando con menor diámetro el paso por ella sería más suave, ya que la rotonda debe servir para suavizar y distribuir ordenadamente el flujo de vehículos, no a modo de obstáculo en la vía que obligue a maniobras bruscas y movimientos sorpresivos para el conductor.

Se ha desistido de la que se iba a construir enfrente del concesionario de vehículos Wolsvagen por la razón apuntada: el inmenso diámetro que iba a tener y que invadía terrenos muy próximos al circo romano. Lo cierto es que con tanta rotonda en la misma avenida y tan próximas unas de otras, al conductor que por ella circule le parecerá que está en uno de esos circuitos de cars en los que lo habitual son los volantazos continuos por lo sinuoso del recorrido.

XMUY PROXIMAx a la de El Disco se va a construir otra, junto al hotel Velada, como si los semáforos tuvieran la culpa de los accidentes en este cruce y la rotonda fuera la solución a una falta evidente de control policial. Y al lado del instituto Santa Eulalia otra, igualmente inmensa, que se ha planteado rebañar varios cientos de metros al parque arqueológico de Los Columbarios. Parece ser que como esto no será posible se va a construir de forma ovalada, pero grande, que se vea bien y quepa una estatua. Con esta rotonda se toparán sorpresivamente los conductores que emergen del túnel de la plaza de Toros, porque donde termina el túnel empieza la rotonda; cuando haya tráfico en la rotonda los coches formarán fila en el interior del túnel sin saber lo que pasa fuera.

Encima de ese túnel se proyecta otra rotonda, que será inclinada como la de El Disco, lo cual no favorece mucho la circulación de vehículos pesados hacia la carretera de Don Alvaro, ya de por sí peligrosa en la actualidad por los edificios próximos. En cuanto al túnel, dará problemas porque aquí las obras se hacen para inaugurarlas no para mantenerlas.

Respecto de éstas y otras rotondas en otros puntos de la ciudad se podrían decir cosas similares: a) inexistencia de estudio de otras alternativas; b) dimensionamiento inadecuado con respecto a la vía; c) reducción de la visibilidad de la parte de la vía a la que se va a acceder; d) diseño inadecuado; e) pendiente del terreno mal resuelta; f) muy próximas unas a otras en el caso de la avenida Reina Sofía; g) escasa iluminación y señalización, etcétera.

La fiebre de rotondas parece más bien dirigida a colocar estatuas y fuentes que a la organización del tráfico, porque se están olvidando aspectos fundamentales cuales son que cuanto más grande sea el terreno ocupado por la rotonda menos espacio habrá para los vehículos, cuanta más altura, estatuas y arbustos haya menos visibilidad tendrán los conductores, que son mejor con forma circular que ovalada porque un círculo distribuye por igual en todos sus puntos mientras que el óvalo lo hace a saltos.

En definitiva, recordemos la figura del guardia urbano de casco blanco que subido en un cajón con sombrilla hacía las veces de rotonda y semáforo sin tanta parafernalia.

*Exconcejal de Urbanismo de Mérida