XHxay algunos accesos a la ciudad de Madrid, o vías de salida de la capital, por ejemplo, por la Casa de Campo o por Camoens, que sistemáticamente se cierran por ordeno y mando del alcalde, durante los fines de semana para evitar el auge o la contemplación de la prostitución que se había enseñoreado de tales áreas. Dice un colega que se ve limitado por esos movimientos para acceder a su domicilio de Pozuelo, que el alcalde Gallardón nos quiere salvar el alma a toda costa, evitándonos vías de riesgo moral. Algo parecido le está sucediendo al actual Gobierno de Zapatero , pero en el terreno de la salvación de vidas humanas. En este 2006 se ha propuesto reducir el coste de vidas humanas en dos ámbitos: primero, con la prohibición de fumar, por lo menos, en los centros de trabajo. Y en segundo lugar, con una nueva campaña que resultará más restrictiva y exigente con los conductores de vehículos, a la espera de que entre en vigor la gran novedad del Código por puntos que, asimismo, se confía que rebajará de manera sustancial esa pesadísima factura en víctimas de accidentes de tráfico de cada año.

Los datos al término de cada año, tanto de víctimas del tabaco y del alcohol, como de una inadecuada conducción de vehículos, suelen resultar pasmosas, pero... siempre son víctimas ajenas, lo que les resta eficacia. De vez en cuando la reducción de víctimas permite incluso alguna celebración. Es lo que ha acontecido con las cifras mortales del tráfico en 2005: 3.329 víctimas mortales resultan ser la cifra más baja en los últimos veinticinco años. Pero, en todo caso, y siendo una cifra relativamente mejor que las de otros años, resulta escalofriante que aceptemos como algo normal que cada día del año perezcan en las carreteras nueve personas. Y que otras cuantas, varios centenares, sufran daños corporales de los que en algunas ocasiones les cuestan años en reponerse. La visita al Centro de Tetrapléjicos de Toledo parece una obligación que debiera imponerse a quienes cometen algunas barbaridades al volante de las que suelen dejar tras de sí sangre, dolor y víctimas.

En materia de tabaco sucederá otro tanto: poco a poco incluso los más recalcitrantes, quienes atribuyen la Ley Antitabaco a un capricho de los políticos, llegarán a la conclusión de que fue una medida adecuada y conveniente, y que no cabe explicarse por qué no fue aún mucho más rotunda y mucho más madrugadora. Dicen en fuentes del Gobierno que el paso siguiente habrá de ser la prevención contra los daños que produce un consumo de alcohol inadecuado o inconveniente. En los tres casos, trabajo, alcohol, tráfico, parece que no han estado suficientemente despiertas las autoridades a quienes corresponde la formación de los jóvenes: las familias, en primer lugar, y los colegios, por delegación paterna. Pero aquí también, más vale tarde que nunca...

*Periodista