Dice Vara a todo aquel que quiera escucharle que cuando gobierna el PSOE en Madrid a él le dan tres puntos más en Extremadura cara a los comicios autonómicos. Así que, como las encuestas hasta ahora le eran favorables, miel sobre hojuelas desde que Pedro Sánchez se ha convertido en el inquilino de la Moncloa. En resumidas cuentas, que, según sus cábalas, va en cabeza con un PP que sigue de capa caída y sin saber muy bien cómo hacer la remontada. Si Ciudadanos sigue al alza y Podemos cae un poco como prevén los estudios demoscópicos, todo estará hecho. Sin embargo, conviene ser prudentes: la experiencia nos demuestra que todo es efímero y que el cuento de la lechera acabó con el jarro de leche roto en el suelo. En la pasada legislatura, a un año vista como ahora, Monago estaba tan alto como ahora Vara y la tortilla se dio la vuelta en unos cuentos meses. Por eso los populares confían en que, a pesar de que todo parece habérsele torcido, sigue habiendo partida y que el fallo de Sánchez puede llegar en cualquier momento, lo mismo que Vara caer de forma estrepitosa como le ocurrió a Monago.

El PP extremeño no ha logrado remontar en tres años de legislatura. Ciudadanos, con Rivera y Arrimadas a la cabeza porque los líderes regionales siguen siendo muy poco conocidos para el gran público, les ha hecho un daño terrible y el traspaso de apoyos se ha hecho más que evidente en las encuestas. Los naranjas están de moda y ante eso es muy complicado luchar. Le pasó al PSOE con Podemos que hasta casi se produce un sorpasso. Sin embargo, las tendencias igual que suben bajan y ante eso siempre hay retornos y vueltas a casa como en el anuncio del Almendro. Con ello también cuentan los populares, que el nuevo líder que resulte en el cónclave del PP tras la marcha de Rajoy (Núñez Feijóo a ser posible) se concite la ilusión necesaria para recoger un buen puñado de apoyos. Estaba claro que con la vieja guardia ya no iban a ninguna parte y que las cadenas de la Gürtel eran demasiado ruidosas con todo lo que está por llegar. Aire nuevo con las siglas de siempre y apostar por la regeneración democrática presumiendo de resultados y empleo. Esa va a ser la clave y a ver qué pasa con este gobierno montado de la noche a la mañana.

Vara Ha dicho (y no hay por qué dudarlo aunque el PP diga que miente), que Pedro Sánchez le ofreció irse de ministro y que él lo rechazó, entre otras cosas porque ya había sido designado candidato de su partido a las elecciones. El líder socialista se ve fuerte y ya sí que manda en el partido. Es lo que tienen las primarias, que resultan una herramienta altamente desestabilizadora dado que el voto de la militancia es incontrolable, pero una vez ganadas los enemigos desaparecen. Mueren más bien. Políticamente hablando, se entiende. Camino de rosas para el vencedor y todo dios a obedecer, nadie le tose al ‘jefe’ no sea que quede defenestrado de por vida.

En dos semanas tendremos el debate sobre el estado de la región. Será el último de la legislatura dado que siempre se desarrollan los años en los que no hay elecciones. Se trata de la cita política más importante del año, concita la atención de la ciudadanía y de los medios de comunicación en torno a la Asamblea. Vara y Monago, así como los líderes de Podemos, Álvaro Jaén y Ciudadanos, Mª Victoria Domínguez, tienen la oportunidad de medir sus fuerzas y resituar sus posibilidades antes del periodo estival. No en vano, tras el verano arranca la precampaña. En la legislatura anterior, Vara en la oposición, fue cuando le presentó al PP la famosa moción de censura. No la ganó, pero puso contra las cuerdas al gobierno, entonces estable, del PP y le sacó los colores a Izquierda Unida por su apoyo cuando era un partido en teoría de izquierdas. Desde ese momento, los populares ya no dieron pie con bolo y cayeron en barrena.

No creo que esta vez Monago esté pensando en una moción de censura para salir a escena y resituarse en el tablero de juego como hizo Vara, pero que estará preparando una estrategia efectista y de impacto no me cabe ninguna duda. Frente a un mensaje de poco calado, dado que el último año de mandato no es para anuncios grandilocuentes ni conejos en la chistera, el PP tratará de aprovechar el foco y poner en evidencia lo que hay (que no es mucho según dicen ellos mismos) y plantear una alternativa. Veremos en qué queda.