Después de los recortes en las prestaciones de empleo y en las condiciones de jubilación, en Alemania siguen los intentos de recortar el estado del bienestar por parte del Gobierno de coalición de socialdemócratas y Verdes. Las tijeras públicas llegan a la sanidad, con una inesperada propuesta de los ecopacifistas: que todos los ciudadanos, sin ninguna distinción, paguen un nuevo seguro sanitario.

La idea es atrevida y arriesgada, porque en Alemania ya viven una importante crispación por el estancamiento económico, que castiga doblemente a los trabajadores: más paro y, además menos prestaciones por la exigencia de contener el gasto público. Pero la propuesta de los Verdes hay que entenderla en el contexto de nuevas teorías económicas, que no son tan disparatadas: como la base financiera de la Seguridad Social son las cotizaciones de trabajadores y empresas, cuando aumenta el paro se desequilibra el presupuesto de la Seguridad Social, que en Alemania incluye la sanidad. La alternativa sería un modelo con pocos precedentes: que sea la simple condición de ciudadano la que obligue a cotizar y garantice la asistencia sanitaria mínima. Vale la pena debatirlo.