TEtl curso político va a tener muchos frentes, de gran calado todos. Pero estos días se habla mucho de la solución a la enorme deuda sanitaria que arrastran las Comunidades Autónomas y que parece va a ser asunto central de esa Conferencia de Presidentes autonómicos que Zapatero ha convocado para el 10 de septiembre. La propuesta que allí se materializará, según han adelantado los medios de comunicación, pasa por dar más capacidad de subir los impuestos que gravan los carburantes, la luz, el tabaco --el llamado céntimo sanitario--, que inventó el PP y que algunas Comunidades ya exigen y otras están en puertas de hacerlo.

En mi opinión, antes de decidir que los ciudadanos paguen más impuestos, que ya revienta, es necesario hacer bien las cuentas de cuánto y para qué hace falta el dinero que se pide. También analizar dónde están los errores de gestión y los fallos sobrevenidos o inducidos que han logrado el trágico récord que alcanza la deuda sanitaria.

Por qué no se hacen la pregunta de dónde han fallado, por dónde recortar y si realmente han sabido gestionar la sanidad, antes de pedirnos más dinero. Un dinero que, además, puede servir para seguir gastando mal. ¿Para cuándo se va a exigir a la industria farmacéutica su contribución racional al caos del medicamento en este país? ¿Para cuándo la implantación de un uso racional de las medicinas, el justo y necesario? ¿Dejaremos algún día en este país de tener en las casas auténticos arsenales de medicinas que o van caducando o, peor, contribuyen a la automedicación a la que parece somos tan aficionados?

Los ciudadanos empezamos --si no lo estamos ya-- a estar hartos de que la solución a todos los males caiga en nuestras espaldas. Somos pirómanos, malgastamos el agua y la luz, salimos mucho de puente y de vacaciones, nos queremos comprar una casa, queremos que nos curen. Déjense de historias. Ustedes los gobernantes tienen la obligación de dar satisfacción a los deseos legítimos y de procurar que haya agua y luz para todos y han de hacerlo dando un uso racional, el de los buenos gestores, a los recursos económicos que día tras día ponemos en sus manos.

*Periodista