Ha mejorado la sanidad extremeña en el primer año de gestión por parte de la Junta? La respuesta es sencilla: sí, pero no lo suficiente ni lo esperado por una mayoría de ciudadanos. Doce meses después de que se hiciera efectiva la transferencia, las cifras avalan que se registra un cambio a mejor en el servicio sanitario. Un ejemplo significativo es que los propios médicos y enfermeros hacían público ayer un informe que revela que, entre junio y diciembre, el tiempo medio de espera de un paciente para ser atendido por un especialista se ha reducido de 76 a 57 días. Dos meses sigue siendo una demora excesiva, más grave aún en especialidades como traumatología u oftalmología, donde la espera se dispara por encima de tres meses; sin embargo, es justo reconocer que el esfuerzo está dando resultados, que serán más apreciables a final del 2003, un año clave para concretar los avances iniciados en el 2002. Paralelamente, el aumento de la actividad quirúrgica, que está desatascando la lista de enfermos pendientes de operación; la progresiva generalización de la epidural, pese a la escasez de especialistas; y la puesta en marcha de tres hospitales --Zafra ya opera y Almendralejo y Talarrubias inician sus obras en pocas semanas-- revelan que el Gobierno regional no ha perdido el tiempo. Es obvio que ni el Insalud actuó tan negligentemente como la Junta denuncia, ni el SES es tan diligente como se hacer ver. Pero es, quizá, una especial sensibilidad de la nueva autoridad sanitaria hacia los pacientes, médicos y enfermeros la que hace concebir esperanzas.