Escritor

Todas sus amigas coinciden que se ha pasado. Ese furor suyo por tener a un tipo, aunque esté esmirriado, puede con ella, como lo demostró enamorándose de Miguel Mihura, que era esmirriadísimo, con una gracia natural bastante cumplida, pero no se sabe qué les haría en la cama que las atontecía. Una de las que cayó en sus garras fue Sara Montiel, y no ahora que está para dar un susto, sino en la época florida en que Sara era la mujer más bella de este país, y la que mejor lo hacía o se lo dejaba hacer. No vale decir las cosas que dice Carmen Sevilla, que ya sabemos cómo está con sus ovejitas, pero a Sara las ovejas le caen fatal, porque ella es la antioveja, que ha llevado por el mundo una forma de ser que hasta triunfó en Hollywood y hasta le echó un polvo a Gary Cooper, pues los polvos no se los echaban a ella, sino que era ella la que los echaba con gran naturalidad, cosa distinta de Carmen Sevilla, Paquita Rico, etcétera, que han hecho poco, porque Vicente Patuel, pues la verdad para qué engañarnos, estaba un poco morcillón y de haber alguno bueno debió ser Algueró, que la dejó pronto porque a Algueró le gustaba renovar el banquillo.

¿Qué ha pasado? Pues que los hijos le dijeron ya está bien mamá y serena los ánimos, que le han obligado a decir eso: "Mis hijos me hicieron feliz como madre, pero desgraciada como mujer", o sea, que Sara no está tonta, le gusta follar como a pocas (yo aseguraría como ninguna otra) y lo demás son ganas de marear al burro en la noria. ¿Y ahora qué? Pues ya se sabe, tendrán a Sara estos niños todo el día cabreada, con Tony en Cuba, que a mí me parecía como un buen cuidador para la edad que tiene esta mujer, y en lugar de traérselo, pues también lo han dejado cabreado, con el buen resultado que hubiera dado paseando a Sara, que es un gran título para una película de una que no se aguanta.

Y es que los hijos son como Floriano, que se lleva mal con la Junta de Extremadura porque no gana, y encima pone a Martín Tamayo por delante, que es un magnífico escritor de cuentos eróticos, pero mal centrocampista, que es lo que necesita el PP en Extremadura. Eso sí, muy cabreados todos. Y yo lo comprendo.