Me gustaría escribir de la tercera provincia, de esos cientos de miles de extremeños que vivimos fuera desde hace 40 o 50 años, pero que a pesar del tiempo trascurrido seguimos celebrando todos los actos culturales de nuestras raíces extremeñas.

Las casas regionales han sido fundamentales para no perder la identidad de nuestros orígenes, la creación de talleres de actividades varias en ellas así como los grupos de teatros con sus atuendos tradicionales de época, han sido fundamentales para conservar las costumbres y tradiciones culturales de nuestro mayores, desde la siega en verano, la recogida de la aceituna en invierno y las bodas de nuestras bisabuelas con sus trajes típicos, sin faltar en los repertorios del acto de la petición de mano los requiebros que le echaban los mozos de la época a las mozas en aquellos tiempos.

Además del teatro y el folklore típico de nuestra región, se sigue realizando en nuestros talleres el trabajo laborioso que desarrollaban nuestras abuelas en el pasado. Por ejemplo el de encajeras de bolillos una actividad que desde hace seis años la Casa Regional de Extremadura en Getafe lo viene fomentando hacia toda España, con la celebración del Concurso Nacional de Encajera de Bolillos.

El pasado 20 de octubre se celebró el último de estos actos, en él hubo más de 500 participantes en representación de 42 municipios de toda España y entre ellos de varias localidades de Extremadura y dos alcaldes que también asistieron, el de Hinojosa del Valle y el de Retamar de Llerena. Acto que lo divulgaron los medios locales, así como los de la Comunidad de Madrid, pero con la decepción de que los de nuestra región brillaran por su ausencia.

Esta Casa Regional de Extremadura en Getafe, también edita una revista trimestral que llega a todos los ayuntamientos de los pueblos y ciudades de Extremadura, una revista donde no solo se publican las actividades que realizan estas casas, sino que en cada publicación se escribe de la historia de algún que otro pueblo con fotografías de algún monumento emblemático de ellos, algo que solo lo conocen los ayuntamientos pero no los habitantes de dichas localidades. La divulgación de estas informaciones a través de los medios de la región, contribuiría a reforzar el cordón umbilical de vínculos familiares y de paisanaje, que existe, entre los que viven dentro de la región y los que vivimos en la diáspora sin renunciar nunca a las tradiciones culturales de nuestras raíces extremeñas.

Joaquín García Mayo **

Getafe