Si hubiera un ranking de siglos terribles ¿cuál quedaría en primer lugar? ¿Qué desastre natural: glaciación, maremoto, erupción volcánica con infernal río de lava, pertinaz sequía, terremoto, inundación, -o letal pandemia: lepra, peste, viruela, cólera, gripe, sida- u horror provocado por la ciega maldad del hombre: guerra civil, continental, mundial, justa o santa, genocidio, proceso de limpieza étnica, bomba atómica, hambruna, atentado dantesco- o por su culpable ignorancia: accidente ferroviario, explosión nuclear, naufragio, descarrilamiento, incendio ha provocado más dolor, angustia y desolación a los maltratados hijos de Eva? ¿Qué década ha sido más sanguinaria, peligrosa, belicosa, maliciosa, espantosa o sádica? Esta que culmina inauguró siglo con los terribles atentados de Manhattan y a punto ha estado de acabar con otra matanza aérea en Detroit provocada por idéntico fanatismo. A la tierna edad de diez años nuestro siglo alberga ya en su seno tan horrorosas carnicerías que harían palidecer de envidia a los mismísimos y lejanos Herodes, Calígula, Atila, Vlad el Empalador o a los más cercanos Idi Amín Dada, Ceacescu, Somoza, Kim Jong II o Milosevic, por citar solo algunos. Es cierto que en el siglo pasado Hitler o Stalin , dos de los más emblemáticos matarifes de la historia universal de la infamia, consiguieron grandes cotas de eficacia difíciles de igualar en su malvada labor, pero a medida que crece el olvido aumenta el peligro y siempre parece existir un fanático motivo, si no es limpieza étnica es guerra santa, para que el ser humano se ensañe con el ser humano, olvidando que aunque de diferente color, estatura, forma del cráneo, lengua, cosmovisión o religión todos los hombres compartimos la misma condición: reímos, lloramos, gozamos, sufrimos y amamos hasta los tuétanos. Y sobre todo sentimos un ansia terca de ser felices. Y a veces lo logramos. De modo que hoy olviden estas tristes reflexiones, recuerden que el hombre es a menudo un heroico bienhechor, sean felices, diviértanse, enamórense y gocen en 2010 ¡Va por ustedes!