TDtesgraciadamente los efectos de la Política Agraria Comunitaria y la --desde mi punto de vista-- poca seriedad con la que algunos sectores han administrado las ayudas, nos está llevando a una serie de problemas sociales y económicos en Extremadura, vinculados al sector agrario.

Hoy están pagando las consecuencias el tomate y el tabaco, mañana les tocará a otros y esta progresión tocará techo cuando realmente el campo se haya profesionalizado y se haya modernizado lo suficiente para ser competitivo, y esto, desafortunadamente, tendrá que ser a costa de quienes no han aprovechado las oportunidades que durante años les han brindado las políticas estructurales y de convergencia.

En el momento actual el medio rural no está desamparado y los programas de diversificación económica permitirán sin lugar a dudas una nueva oportunidad para la agricultura, un nuevo espacio de diálogo en el que los Grupos de Acción Local y las OPAS están condenados a entenderse, pero donde la capacidad de gestión y de planificación estratégica, han de marcar el rumbo de la ruta de viaje hacia el futuro.

Las zonas rurales no se pueden permitir el lujo de caer en manos de ciertas voces que en nombre de la agricultura han llevado a las gentes de buena voluntad hacia un cataclismo como el que padecemos en la actualidad, y si han de permitir la interlocución y el entendimiento entre todos los agentes implicados. Si a este nuevo enfoque integrador se le suma la nueva oportunidad que la futura Ley de Desarrollo Rural Sostenible nos está ofreciendo, así como la privilegiada posición de Extremadura en el nuevo marco financiero de la UE, el panorama no es tan oscuro como se pretende hacer ver y la agricultura en Extremadura tendrá la continuidad que se merece, vinculada e íntimamente ligada al desarrollo rural sostenible. felipe.sanchez.barbaextremadura.es

*Técnico en Desarrollo Rural