TPtróximo a cumplirse dieciocho años del secuestro del empresario Publio Cordón , su familia y, especialmente, su mujer no han cesado en ningún momento de buscar y obtener la verdad. Una verdad que por muy cruel que sea y que es, al menos, podrá situar la realidad de lo que pasó, por causa de la actitud sanguinaria de una banda terrorista, Grapo. De este secuestro se saben muchas cosas, excepto cómo se produjo el desenlace de la muerte de Publio Cordón. De hecho, hoy se puede aseverar con total rotundidad que fue muy próxima a la fecha del secuestro, agosto de 1995, a pesar de haber cobrado el rescate.

Este secuestro ha constituido y sigue constituyendo la más palpable prueba del daño que una banda terrorista puede causar, no sólo a los familiares y a sus víctimas, sino a toda la sociedad por lo que significa de cruel y de chantaje al conjunto de la misma. Las últimas actuaciones apuntan una posible pista en torno al lugar donde encontrar el cadáver del empresario asesinado cruelmente. Actuaciones policiales y judiciales que han sido gracias al tesón y ejemplaridad, en este caso, de la familia más cercana de Cordón, y muy especialmente de su mujer Pilar Muro .

XTENGOx que reconocer mi admiración por esta señora, por su esfuerzo, su coraje, su valentía y su decidido empeño en obtener la verdad del hecho delictivo, que ha llevado a la cárcel a casi la totalidad de sus captores. Pero creo, francamente, que su ejemplaridad tiene mucho que ver con las convicciones que como ser humano uno ha de tener cuando se comenten injusticias, y esta lo es y lo sigue siendo.

Decía María Zambrano que para querer hay que estar despierto, tener conciencia, usarla y pensar. Francamente en este asunto no siempre todos han querido. De hecho, los primeros días del secuestro se envolvieron en declaraciones y demagogias que apuntaban a distintas versiones en relación a lo que fue un hecho criminal perpetrado por una banda terrorista. Que, a pesar de su crueldad, no entrañó miedo e intimidación a esta mujer en su lucha diaria por esclarecer lo ocurrido; y asumiendo la aseveración de María Zambrano usó su conciencia, la despertó y luchó para que todos los que tuvieron que ver con esa desaparición y posterior muerte asumieran su responsabilidad, en el marco del Estado de Derecho.

Parece ser que las nuevas pistas, con la presencia del terrorista arrepentido y otras indagaciones pueden dar con la última verdad y más certera, aunque dura, el cadáver de la víctima. No será fácil, pero, al menos, será el triunfo de la certidumbre de un secuestro que siempre para esta mujer ha constituido el silencio de lo injusto. El esfuerzo de Pilar Muro y su familia para no olvidar lo que es una causa injusta ha significado para el resto de la sociedad el garantizar el Estado de Legalidad, más allá de errores y otro tipo de circunstancias. Esa especie de callejón sin salida en la que parecían haberse sumido estos criminales, respecto a su crimen se ha desvanecido por el esfuerzo y compromiso de unos familiares que no han parado de buscar, a pesar de haberles causado una profunda tristeza, la pérdida de un ser querido.

Han sido muchos años, quizás demasiados los empleados en arrebatar la verdad a esta sociedad y a las propias víctimas del secuestro de Publio Cordón. Se dice que a los errores sólo les puede dar remedio el porvenir, siempre que este porvenir no sea una reiteración del pasado. Toca ya, con estas últimas y esperemos certeras pistas esclarecer lo que aún permanece pendiente, que conllevó sesgar la vida de una persona, por la actitud maquiavélica y criminal de unos captores, con capacidad de hacer daño y de intimidar al resto de la sociedad. Pudieron conseguir algo de esto, pero no consiguieron arrebatar la fe de sus víctimas en averiguar gran parte de lo sucedido. De ahí que muy especialmente focalice la mirada de solidaridad y máxima consideración por una mujer, que a pesar de sufrir la dureza de la desaparición de su marido no dejó de pelear e investigar intentando desempañar el horizonte, un horizonte que trajo la desdicha provocada por unos terroristas, en este caso, el Grapo.