Cientos de automovilistas se vieron atrapados en un monumental atasco durante la noche del miércoles cuando pretendían salir del ferial cacereño. Los nervios y la impotencia de los allí presentes provocaron conatos de disturbios o bien pudo desembocar en una catástrofe, según señaló ayer el propio subdelegado del Gobierno, quien responsabiliza de esta falta de previsión al ayuntamiento.

La situación vivida en el recinto ferial ha motivado que la Concejalía de Tráfico remodele el plan de seguridad adoptado en un principio, para que esta situación no se repita. Responsabilidades políticas aparte, lo que ocurrió el miércoles refleja una falta total de previsión, más teniendo en cuenta que se trata de un acontecimiento que mueve a más de 50.000 personas. Es por esto por lo que no se entiende cómo no ha existido ha habido una reunión de una junta local de seguridad que, para estos casos, resulta más que necesaria, para una plena colaboración entre las fuerzas y cuerpos de seguridad. Un escueto aviso por parte de la policía local a la subdelegación para informar sobre los accesos no es, sencillamente, la mejor manera de programar un plan de contingencias con las mínimas garantías de seguridad para la población.