Historiador

El Partido Popular, cuando estaba en la oposición, siempre daba la matraca con que en España la seguridad ciudadana brillaba por su ausencia y prometía que su llegada al poder iba a significar barrer con todo rastro de problemática en el disfrute de las libertades ciudadanas. Hizo incluso continua bandera electoral de ello y tal vez fue una causa decisiva de su triunfo en las urnas.

Sin embargo, pasados los años, la inseguridad ciudadana no sólo se ha mantenido sino que ha incrementado su incidencia en el desenvolvimiento social. Y cuando parecía que el PP iba a tomar conciencia del problema y cumplir con lo que año tras año prometió, incluso se fue olvidando no ya de incrementar las plantillas policiales sino que éstas han ido descendiendo en número; así, ahora hay 10.000 policías y guardias civiles menos que en 1996. No digamos ya de hacer programas de choque preventivo y actuaciones oficiales para compensar las desigualdades y miserias que tantas veces son trasfondo de desadactaciones individuales y sociales que abocan en conductas conflictivas.

Lo único que han hecho de cambio es el de la concepción de lo que deben ser los colectivos de seguridad pública, que han ido pasando de una cuantía claramente al servicio de la ciudadanía a través de sus representantes libremente elegidos, a una presencia cada vez más escandalosa de fuerzas privadas, que escapan al control directo de nuestros representantes, y por tanto del propio pueblo. Y de esta manera, hoy, mientras los efectivos de la policía nacional sólo llegan a 44.000 agentes, los guardias de seguridad privados superan los 104.000. O sea, se privatiza la seguridad en beneficio de empresas con afán de lucro, en lugar de formar agentes bajo el control público, expresamente bajo los postulados de un Estado social, democrático, al servicio de los derechos y libertades ciudadanas, sin otro afán que esta misión, complementaria de las medidas de prevención y reinserción que con el PP van pasando al olvido. Es otro apunte más que la ciudadanía debe tener en cuenta para saber de qué lado está cada uno en lo que a servicio público y cumplimiento de promesas de refiere.