WEwntre los acontecimientos que evoca la fecha de hoy, junto al tercer aniversario del 11-S que abrió esta era de miedo generalizado al terrorismo y junto al recuerdo de la sangrienta traición del dictador Pinochet , cumplimos seis meses del horroroso atentado de Madrid.

Medio año después, sabemos que aquella salvajada puso a prueba, con resultados positivos, muchos resortes de la sociedad española. Entre ellos, el de la solidaridad. Entre ellos, el de la capacidad de reacción política colectiva. Convertida en un test, paradójicamente nos trajo el buen dato de que después de la imperdonable imprevisión del Gobierno del Partido Popular ante el terrorismo radical islamista hubo una verdadera exhibición de eficacia por parte de los investigadores, que aclararon inmediatamente lo sucedido.

También ha funcionado bien y con diligencia el apoyo posterior a las víctimas. Asimismo, a través del cambio de Gobierno, el desastre contribuyó a que nuestro país se desvinculase de toda participación militar en el absurdo desastre de Irak. Pero nos queda, irremediable, el dolor por las víctimas, el vacío que continúan teniendo sus familiares y la confirmación de que este mundo es muy duro y difícil.