Con un juego majestuoso, fiel a su estilo de toque, España se ha proclamado campeona de Europa, 44 años después de su único éxito (la Eurocopa de 1964). El brillo del juego de la roja ha deslumbrado a todo el mundo futbolístico y, lo que es más importante, sienta las bases para futuros éxitos. El golazo de Torres fue decisivo, complementado con un juego colectivo de muchos quilates.