Por pura casualidad he seguido en la televisión extremeña ese sucedáneo de debate que sigue al informativo de las 20.30, hoy dedicado a la ‘filtración’ de algunas pruebas de la EBAU; y si ya tenía, como tantos, sospechas de partidismo a favor del gobierno en el comportamiento de la cadena autonómica, hoy han quedado disipadas por completo: el Canal Extremadura es una herramienta al servicio del partido político que gobierna nuestra región, con un nivel de manipulación que alcanza lo escándaloso.

Toda la tramoya estaba montada para inculpar a la Universidad de Extremadura; los portavoces de los partidos en la Asamblea, la dirección del programa y las periodistas que nos ilustran con su nadería, todos (y todas) dejaron pasar la oportunidad de poner dos dedos en la llaga:

Uno. El gesto del rector y los dos dimisionarios ha sido por la responsabilidad política de lo sucedido y además, como ejemplo, pues no hay memoria de comportamiento similar en otras instituciones.

Y dos. Todos, absolutamente todos, por agradecimiento estomacal o por vergonzante ignorancia, parecen desconocer que la Comisión Organizadora de la EBAU es paritaria, está formada a partes iguales por la Universidad de Extremadura y la Junta, de lo que se deduce que la responsabilidad de los aciertos y de los errores deben asumirse, y atribuirse en estricta justicia a partes iguales, salvo que los representantes gubernamentales estén allí de oyentes o de figurones, cosa que hacen artísticamente donde no pueden imponer o manipular.

Seguramente todo se explica al saber que la candidatura del actual equipo de gobierno de la UEx no fue la que, más allá de lo estético, apoyó el partido socialista. Alguien debiera decir al portavoz socialista que si tiras piedras sin mirar y sin saber, algunas pueden caer en tu tejado y producirte goteras más serias de las que ya hay.