TSteguramente ya habrán escuchado o leído que la palabra selfie ha sido seleccionada como la palabra inglesa del año por uno de los diccionarios de referencia de esta lengua, el Oxford. El palabro no es precisamente nuevo, ya que apareció allá por 2002, pero ha sido sin duda en este año 2013 cuando ha adquirido una importancia singular, gracias especialmente a redes sociales como Twitter e Instagram. Se trata de una abreviación (muy útil cuando el límite son 140 caracteres) de self-portrait , es decir, autorretrato, y la condición sine qua non es realizarlo con el móvil y colgarlo inmediatamente en Internet. Los famosos son quienes más impulso le han dado a este fenómeno que alcanza en ocasiones fronteras desconcertantes. ¡Qué delicia mostrar a sus millones de fans la vida normal que uno lleva mientras viaja en jet privado! Justin Bieber, Rihanna, Michelle Obama y hasta el papa Francisco , nadie se resiste. La culpa es de la cámara frontal del iPhone, que permite verse mientras se perpetra el acto. En Instagram ya hay más de 23 millones de fotos con la etiqueta a selfie y hasta 70 millones con la etiqueta a me. Poco importa el género: bien vestidos, solo, con amigos, ebrios, desnudos... Pensemos que los lugares favoritos para hacerse este tipo de autorretratos son el cuarto de baño y la cama... Los anglosajones, que siempre crean nuevas palabras para todo, ya han desarrollado nuevas variantes del selfie: helfie (mezcla de hair + selfie) para mostrar un nuevo corte de pelo, belfie (bum + selfie) para enseñar el trasero, drelfie (drunk + selfie) para inmortalizarse borracho como una cuba, welfie (workout + selfie) en el gimnasio mientras se hace deporte... ¿Hay que preocuparse por una tal fiebre de narcisismo? El autorretrato existe desde tiempos remotos, y el triunfo del selfie , dicen los expertos, se debe más a la creciente necesidad de compartir de forma inmediata que al mero culto al ego. Esperemos que así sea.

Twitter: yosergiodaniel