Esta semana se han aprobado los presupuestos generales del Estado, y si no fuera por lo que afectan realmente a la vida de los españoles y españolas, hubiesen pasado totalmente inadvertidos por todo el ruido que ha ocasionado una detención más, un escándalo más.

Eduardo Zaplana, exalcalde de Benidorm, expresidente de la Comunidad Valenciana, exministro de Trabajo del Gobierno de España con José María Aznar fue detenido tras haber introducido en España 10,5 millones de euros. El Partido Popular le suspendió de militancia y Mariano Rajoy habló de pocos casos de corrupción aislados en el Partido Popular, sin embargo, y una vez que conocemos la sentencia de la trama Gürtel, ¿qué sucede cuando la Audiencia Nacional certifica que el Partido Popular se financió con una caja b en su sede central? ¿Qué sucede cuándo la sentencia considera probado que el Partido Popular como persona jurídica se benefició con la actividad delictiva de la trama?

Este partido no es un partido cualquiera en estos momentos, es el partido del gobierno, es el partido que ha elaborado las cuentas de todos los españoles y españolas, y lo ha hecho con el apoyo de Ciudadanos, un partido que venía a evitar y denunciar precisamente este tipo de conductas, ¿cómo se puede defender una cosa y apoyar la contraria? ¿es el Extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde?

Es difícil comprender este hecho, como lo es, también, pedir y aclamar la unidad del España mientras se apoyan unos presupuestos generales que generan más desigualdad territorial.

Podríamos observar, por ejemplo, la partida de deuda histórica para el País Vasco es 37 veces mayor que la de Extremadura, incumpliendo así con la promesa del ministro Montoro de dotar a la región con 100 millones de euros en esta partida.

O por ejemplo, no votar sí a un solo euro de las enmiendas presentadas por el Partido Socialista para beneficiar a Extremadura por un valor de 360 millones, me pregunto: ¿no mirar a Extremadura es hacer Extremadura? ¿hacer Extremadura no es hacer España?

Los hombres que nunca cambian de opinión, nunca cambian nada, decía Winston Churchill, pero seguramente, los que dicen dos cosas diferentes a la vez nunca construyen nada.

Me alegra mucho que Partido Socialista haya conseguido que se lograsen los 200 millones de euros contemplados en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Son imprescindibles.