TStupongo que la chica de Murcia que con quince años ha conocido el horror de los celos, las torturas irracionales, la soledad sin esperanza, y la muerte, murió desconociendo que la supuesta ley para defender y terminar con esta violencia criminal contra las mujeres, está detenida por un sencilla cuestión semántica.

No es probable que su asesino conociera (al igual que ella) los matices que hacen a una ley constitucional o no, siempre que la palabra "discriminación" sea sustituida por "acción positiva". El caso es que con "discriminación" o "acción positiva", con una ley paralizada en sus folios, con sesudos y sesudas leguleyas mirando libracos de Derecho Constitucional, con semántica o sin semántica, en un mismo día caen dos mujeres (la de Murcia y la de Gran Canaria asesinada por su marido condenado por reiterada violencia) y más de uno escribe editoriales y cartas a la prensa indignado porque al sagaz magistrado que ha detenido el proceso de la citada ley, le han tildado de miembro del Opus.

Llegarán los jinetes del Apocalipsis y nos encontrarán discutiendo sobre la ley que prohíbe a los caballos cabalgar por los aires sin permiso de Tráfico Aéreo. Llegará la sangre de más mujeres al río y nos pillará mirando libros para dictaminar si verter sangre de mujeres en un río es delito o no lo es.

Uno creía que España había entrado por derecho en el círculo de los países civilizados, modernos, prácticos y aptos para defender a sus ciudadanos-contribuyentes. No es así. Sigue existiendo una caterva de espesos mentales que metiendo chinitas entre las ruedas, haciendo de su "caspa" un sayo, y apelando a no sé qué valores, están empeñados en el respeto a la semántica.

*Dramaturgo