Lo que nos faltaba. Aparece un tal señor, Javier Rojo, presidente del Senado, y nos propone que cada nacionalidad debe hablar en su lengua. Por lo menos en catalán, vasco y gallego. Lo de valenciano ya veremos. Mientras el señor Rojo hablaba, unos senadores cazaban moscas y otros dudaban entre reírse o llorar. Parece ser que hay una lengua común en España: el castellano, que hablan y entienden cuatrocientos millones de personas. Pues, no señor. Cada cual hablará en su lengua y después a traducir. Las actuaciones en el Senado serán de risa, pues cuando hable un catalán los que no lo entienden que son la mayoría, seguirán dedicándose a cazar moscas, y cuando les hagan una pregunta contestarán sorprendidos: Señoría, yo no he sido. A mí que me lo traduzcan y pasado mañana contestaré ¡Oiga!, ¿quién va a pagar las traducciones?, ¿y quién va a pagar el tiempo perdido?, y, ¡oiga!, ¿cuándo se van a dedicar a resolver los graves problemas que tenemos los españoles? Los españolitos de todas las comunidades estamos ya un poco aburridos y cansados de tanto entreguismo y papanatismo.

ALEJO FERNANDEZ PEREZ. Mérida